El Vaticano se endurece con los sacerdotes abusadores
El Papa Francisco modificó la ley eclesiástica para criminalizar de forma explícita esos delitos de índole sexual en perjuicio de adultos, precisa un análisis de la letra fría.
El papa Francisco modificó la ley eclesiástica para criminalizar de forma explícita los abusos sexuales a adultos por parte de sacerdotes que abusan de su autoridad. Las nuevas normas, publicadas el martes tras 14 años de estudio, forman parte de la sección revisada del código penal del Código de Derecho Canónico del Vaticano, el sistema legal que rige a la Iglesia católica de 1.300 millones de miembros. Así lo anunció el sitio oficial Vatican News.
Los cambios más significativos están en dos artículos, el 1.395 y el 1.398, que pretenden corregir problemas y déficits en la gestión de abusos sexuales por parte de la Iglesia. La ley reconoce que los adultos también pueden ser víctimas de sacerdotes que abusan de su autoridad.
Por otra parte señala que los legos que ejercen labores eclesiásticas pueden ser castigados por abusar de menores o adultos. El Vaticano también penalizó el “grooming” de menores o adultos vulnerables por parte de sacerdotes para incitarles a participar en material pornográfico.
Es la primera vez que el derecho canónico reconoce oficialmente como criminal el método utilizado por agresores sexuales para entablar relaciones con sus víctimas, con regalos y otras distinciones, para luego explotarles sexualmente, destacan los analistas internacionales de asuntos religiosos.
La reforma también retira buena parte de la capacidad de discreción que permitía a obispos y jerarcas de la Iglesia ignorar o encubrir los abusos. También deja claro que pueden afrontar responsabilidades por omisiones y negligencia a la hora de investigar y sancionar adecuadamente a los sacerdotes implicados en abusos.
Desde que se redactó el código actual en 1983, abogados y obispos se han quejado de que era totalmente inadecuado para gestionar los abusos sexuales a menores, ya que requería largos juicios. Las víctimas y sus defensores, por su parte, afirmaban que había demasiado poder de decisión en manos de obispos interesados en proteger a sus sacerdotes.
Según la nueva ley, los sacerdotes que mantengan relaciones sexuales con cualquier -no sólo un menor o una persona sin capacidad de razonar- serán expulsados si utilizan “la fuerza, amenazas o abuso de su autoridad” para conseguir esas relaciones. La ley no define de forma explícita qué adultos estarían incluidos, y sólo menciona a “uno al que la ley reconozca igual protección”.
Hace tiempo que el Vaticano considera una relación sexual entre un sacerdote y un adulto como un pecado, aunque consensuada, bajo la premisa de que los adultos pueden dar o negar su consentimiento únicamente por su edad. Pero en medio del movimiento #MeToo y los escándalos de seminaristas y monjas que sufrieron abusos sexuales de sus superiores, el Vaticano ha asumido que los adultos también pueden ser víctimas si están en una relación con un desequilibrio de poder.
Esa dinámica era muy visible en el escándalo en torno al excardenal Theodore McCarrick, exarzobispo de Washington. Aunque el Vaticano sabía desde hacía años que se acostaba con sus seminaristas, McCarrick no fue juzgado hasta que alguien denunció que el clérigo había abusado de él cuando era joven. Francisco le expulsó del sacerdocio en 2019. La nueva ley entra en vigencia el 8 de diciembre. (NA)